lunes, 25 de agosto de 2014

LA REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL EN MÉXICO NUEVAMENTE LA DISCUSIÓN

Apenas esta semana volvió a ser tema de análisis y discusión el tema relacionado con " La representación Proporcional " que por cierto  en este Blog  se trato desde  el 18 de  septiembre del 2012 con el tema  “LA REDUCCIÓN DE LOS REPRESENTANTES POPULARES EN MÉXICO O FIN PARCIAL DE LA HISTORIA DE LOS DIPUTADOS DE PARTIDO OLA REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL EN MÉXICO.” Y entre las discusiones  se puede apreciar distintas posturas en esta ocasión es el  PRI el que promueve la reducción  a esta postura no espera contestación y Gustavo A Madero Presiente Nacional de Acción Nacional responde que en el sexenio pasado fue este partido quien propuso este tema, poco después en los medios de comunicación sale a pregunta expresa el Presidente Del INE el Doctor Lorenzo Córdoba a expresar su desacuerdo porque desde su punto de vista esto seria violatorio o iría en contra de la representación de la minorías o pluralidad  en el sistema político Mexicano aunado a esto el Presidente del PRD manifieste que durante los últimos 40 años ha sido la única forma de que en México no se haya ido mas allá del terreno político al escuchar las expresiones populares, la pregunta seria ¿ en un país donde actualmente existen ya diez partidos políticos no sería conveniente que su lucha por el poder se diera realmente en las urnas? Y por otro lado ¿con diez partidos políticos  y candidaturas independientes, por cierto todavía no probadas será, suficiente para que los ciudadanos encuentren sus cause naturales de expresión y representación?  ¿o acaso será todavía preservar el principio de la representación proporcional ?


Los anteriores argumentos que desde mi punto de vista están situado en una realidad distinta del país  ya que si observamos que después de casi 70 años de partidismo en México la participación ciudadana, léase esto en el proceso de votación es apenas de casi un 38 por ciento y de este 38 porciento todavía se le asigna a los partidos políticos que han obtenido hasta el 1.5 por ciento de la votación una serie de representantes; la pregunta es ¿a quienes representan? Acaso será al 58 por ciento restante, creo que la figura de estos diputados debe de cambiar, cabe señalar que no estoy en contra del pluralismo  y de que las minorías se vean representadas  en los congresos  tanto federales como estatales o  en su caso en los ayuntamientos pero desgraciadamente hemos sido testigos de que las políticas públicas en la actualidad obedecen a intereses partidistas  y muchos de ellos lejanos de los intereses de quienes  tienen el primigenio derecho de la decisión  que son los ciudadanos;  por otro lado los partidos promovente de esta idea solo se basan en el hecho de que con esto, se adelgazara el presupuesto, sin embargo sinceramente que a pesar de las posturas existentes nadie está hablando realmente de que la ciudadanía piensa en relación al tema, actualmente la inconformidad crece por los abusos que se han cometido por parte de los representantes populares y que nunca en ningún caso tiene contacto con los electores sino mas bien piensan que el ejercicio de su función es cubrir las expectativas de los partidos que los proponen y hacen caso omiso de las manifestaciones populares de una sociedad cada vez mas dinámica y exigente que no ve representado sus intereses en los partidos políticos y mucho menos en sus diputados, mas aun en una serie de personajes que han utilizado el cargo para eternizarse en cargos de diversas clases solamente esgrimiendo que son importantes para conservar la hegemonía de los intereses partidarios; actualmente con la insipiente ley de consulta popular podría valer la pena la reconsideración de los temas a tratar dentro del congreso pero todavía mas grave resulta en la opinión publica la aprobación de la reelección legislativa de aquellos que ostentan el cargo y no se han sometido al escrutinio público, porque esto puede convertirse en la punta del iceberg y eliminar en corto tiempo con uno de los postulados de la revolución mexicana que se refería a  la  “no reelección” como principio rector de la democracia mexicana  y nuevamente trataos de copiar modelos extranjeros para justificar este tipo de ejercicios  en un país donde el sistema electoral está compuesto por una serie de candados, es decir cada vez con legislaciones más complejas dirigidas todas a transparentar el ejercicio del recurso publico   que se utiliza por los mismos partidos  para obtener el voto, todo esto basados en la desconfianza entre partidos que lleva al ciudadano a tener desconfianza de quienes lo gobiernan o más bien dicho de quienes administran sus recurso porque al final del día los que debieran decir cómo se debe distribuir los ingresos de sus aportaciones seria ellos mismos.

Finalmente creo que una propuesta importante sería el hecho de quela disminución o desaparición de la representación proporcional y por ende del modelo de representación  mixta de sistema político mexicano   debe estar acompañada de una restructuración de lo que es la representación como lo plateo el que suscribe el día  jueves 2 de diciembre del 2010 en el tema “LA REPRESENTACIÓN PROPORCIONAL EN MÉXICO HISTORIA Y PERSPECTIVAS ”en  este mismo blog que usted me hace el favor de seguir  o leer

“Es importante reflexionar lo siguiente, actualmente la lista nominal de electores consta de 79,063,978 de electores más o menos, si dividimos esto en entre los quinientos diputados que existen en el congreso de la unión el numero de representados seria de 158,128 electores por cada diputado lo que normativamente pudiera ser correcto  pero si lo dividimos entre los diputados que son electos en forma directa hablaríamos que solo de 300 diputados , estos representan a un promedio de 263,547 electores, lo que sin duda es una idea descabellada  toda vez que en tres años de encargo tendrían que atender en promedio a, 87,849 electores para propiciar una democracia participativa y lograr conocer mínimamente las necesidades de las colectividad de sus representados para proponer acciones reales y leyes que sean susceptibles de cumplirse  en el ámbito de sus atribuciones, por lo anterior sostengo que no es el hecho de adelgazar el Congreso de la Unión como se podría resolver el asunto planteado sino mas bien lograr que los que se encuentren el congreso tengas un marco de representación real y se deje de lado los intereses  partidistas , en concreto México necesita hoy más que nunca representantes reales y no solamente aquellos que por cuota de partido o genero ocupen un encargo o representación.  

Pero como siempre sus comentarios y criterios mucho enriquecen estas opiniones solo en abono y como materia de alternativas al derecho electoral.

Manuel Alberto Cruz Martinez.


martes, 12 de agosto de 2014

TRANSPARENCIA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y DEMOCRACIA.

En la actualidad en nuestro país  después de las modificaciones constitucionales del 2011, en donde se eleva a rango constitucional Los Derechos Humanos y aunado a lo que aconteció en  la década de los ochentas en donde  se ha presentado un proceso evolutivo en el cual la sociedad ha sido más crítica y las características de esta han cambiado de forma tal, que hoy no se conforman con ser simples espectadores de lo que sucede en su entorno social y mucho menos en su entorno político, este ejercicio de tratar de analizar en perspectiva la triada compuesta por elementos complejos como lo son ,  la transparencia, la participación ciudadana y la democracia pareciera sencillo, sin embargo nos esforzaremos por principio de cuentas en  lograr encontrar un escenario especifico para cada uno de ellos para después realizar ese enlace tratando en todo momento de ser objetivo por cuanto hace a los conceptos y definiciones que normaran el criterio del presente Trabajo.

TRANSPARENCIA
Nos refiere el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que transparencia es:
1. Cualidad de transparente
2. F. Lamina  transparente que contiene  dibujos o textos a la que se pueden añadir datos durante su proyección.
3. F. cinema proyección sobre una pantalla transparente de imágenes móviles filmadas con antelación, que sirva de fondo a una acción real.
La palabra Transparencia es usada frecuentemente y muchas veces es pieza fundamental de todo nuevo Plan de Gobierno Público o Privado. Algunos autores creen que ha cobrado un carácter cuasi-religioso en el debate de gobernanza y diseño institucional. No obstante, la evidencia muestra que la transparencia es más invocada y menos puesta en práctica.  
Es importante mencionar que no existe una definición clara de Transparencia en el mundo y en las organizaciones internacionales existen varios conceptos y formas. La ONG Transparency International 1,  ha dominado el uso de la misma. En especial en la difusión del índice de percepción de corrupción, que ha implantado una relación estrecha entre transparencia y corrupción, a tal punto que se usan como opuestos.
La transparencia es un concepto más amplio que la lucha anti corrupción. El comité de Transparencia de la OECD2- Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo- la definió como “el proceso por el cual la información de las condiciones existentes  permite ser accesada para la toma de decisiones  y acciones, de manera visible y entendible.” La definición es considerada una de las mejores, desde que no restringe el uso de la misma al tema de Gobierno Público o Corporativo, sino que da un énfasis al usuario sobre la información, mediante el reconocimiento de que debe de ser visible y entendible.
Visto lo anterior el concepto de transparencia  lo definimos como el mecanismo a través  del cual los gobernados tienen acceso a la información que genera el gobierno  respecto al uso y destino de los recursos públicos que tiene bajo su resguardo , es precisamente esta acción  la que está bajo la observancia y el reclamo del cumplimento por parte de las asociaciones civiles y en su caso los partidos políticos como entes constitucionales destinados al fomento de la democracia en el país.
Es precisamente en este tema donde tendríamos que definir lo que es la PARTICIPACIÓN CIUDADANA; aludimos constantemente a la participación de la sociedad desde planos muy diversos y para propósitos muy diferentes, pero siempre como una buena forma de incluir nuevas opiniones y perspectivas. Se invoca la participación de los ciudadanos, de las agrupaciones sociales, de la sociedad en su conjunto, para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes o para hacer confluir voluntades dispersas en una sola acción compartida. Es una invocación democrática tan cargada de valores que resulta prácticamente imposible imaginar un mal uso de esa palabra. La participación suele ligarse, por el contrario, con propósitos transparentes - públicos en el sentido más amplio del término - y casi siempre favorables para quienes están dispuestos a ofrecer algo de sí mismos en busca de propósitos colectivos. La participación es, en ese sentido, un término grato.
Sin embargo, también es un término demasiado amplio como para tratar de abarcar todas sus connotaciones posibles en una sola definición. Participar, en principio, significa "tomar parte": convertirse uno mismo en parte de una organización que reúne a más de una sola persona. Pero también significa "compartir" algo con alguien o, por lo menos, hacer saber a otros alguna noticia. De modo que la participación es siempre un acto social: nadie puede participar de manera exclusiva, privada, para sí mismo. La participación no existe entre los anacoretas, pues sólo se puede participar con alguien más; sólo se puede ser parte donde hay una organización que abarca por lo menos a dos personas. De ahí que los diccionarios nos anuncien que sus sinónimos sean coadyuvar, compartir, comulgar. Pero al mismo tiempo, en las sociedades modernas es imposible dejar de participar: la ausencia total de participación es también, inexorablemente, una forma de compartir las decisiones comunes. Quien cree no participar en absoluto, en realidad está dando un voto de confianza a quienes toman las decisiones: un cheque en blanco para que otros actúen en su nombre.
Ser partícipe de todos los acontecimientos que nos rodean es, sin embargo, imposible. No sólo porque aun la participación más sencilla suele exigir ciertas reglas de comportamiento, si no porque, en el mundo de nuestros días, el entorno que conocemos y con el que establecemos algún tipo de relación tiende a ser cada vez más extenso.
De ahí que el término participación esté inevitablemente ligado a una circunstancia específica y a un conjunto de voluntades humanas: los dos ingredientes indispensables para que esa palabra adquiera un sentido concreto, más allá de los valores subjetivos que suelen acompañarla. El medio político, social y económico, en efecto, y los rasgos singulares de los seres humanos que deciden formar parte de una organización, constituyen los motores de la participación: el ambiente y el individuo, que forman los anclajes de la vida social. De ahí la enorme complejidad de ese término, que atraviesa tanto por los innumerables motivos que pueden estimular o inhibir la participación ciudadana en circunstancias distintas, como por las razones estrictamente personales - psicológicas o físicas - que empujan a un individuo a la decisión de participar.
Hay un difícil equilibrio, pues, entre las razones que animan a la gente a participar y sus posibilidades reales de hacerlo. Pero también entre el ambiente que les rodea y su voluntad de intervenir de manera activa en ciertos asuntos públicos. Si como dice Fernando Savater - un conocido filósofo español -"la política no es más que el conjunto de razones que tienen los individuos para obedecer o para sublevarse", 1 la participación ciudadana se encuentra a medio camino entre esas razones.
Por lo anterior entiendo esta como los eventos en los que habitantes de una comunidad, con las características de ciudadano, en el caso de México reuniendo los requisitos de los artículos 34, 35 y 36 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, participación para tomar decisiones respecto a quien los gobernara o será su representante y posteriormente pretendan influir con esta participación en las decisiones de los gobiernos, en este sentido se ha desarrollado varías teorías que sin duda alguna concatenan la información del ejercicio del gasto público (transparencia), a la participación del ciudadano y la influencia de este en los procesos modernos de administración pública.
DEMOCRACIA
Tratar de definir la democracia resulta ser un trabajo excesivamente arduo, pues esta palabra ha adquirido distintas connotaciones y es usada por diversas ideologías que pretenden bajo su sombra lograr cierto halo de legitimidad.  Según Alf Ross la Democracia puede ser definida como:
… aquella forma de gobierno en que las funciones políticas son ejercidas por el pueblo con un máximo de intensidad, efectividad y latitud en los métodos parlamentarios.

Por intensidad entiende la dimensión del grupo que participa. Así el ideal es el voto universal de todos los adultos. Por efectividad el grado en que el pueblo puede influir en la decisión. Así ésta es grande en la democracia directa, pero si se usa la democracia representativa la efectividad depende del grado de control que puede ejercer la población sobre sus representantes. Por último la latitud se refiere a los ámbitos en los cuales se ejerce la intensidad y la efectividad, así es distinto si sólo se elige y controla el parlamento que si ello incluye al poder ejecutivo y/o al judicial.
Para muchos la democracia es un simple mecanismo. Al ser un mecanismo pareciera aséptico en cuanto a valoraciones, pues debería admitir cualquier política material concreta, con tal que la misma respete el mecanismo democrático. Para esto la democracia comporta unas valoraciones determinadas. Estas valoraciones se resume en dos conceptos fundamentales: libertad e igualdad.   Es precisamente en este tenor de ideas donde la modernidad nos ha llevado a desarrollar el concepto de la Democracia Participativa que es a final de cuentas el motor de las sociedades modernas  y la forma más fiel de participación ciudadana o civil como muchos se empeñan en llamar a la sociedad  organizada, esto de ninguna manera quiere decir que el partidismo político haya quedado obsoleto sino que este solo se construyo en México como un mecanismo para la asunción al poder de grupos organizados y fundados por los mismo ideales ; sin embargo en el proceso social evolutivo estos han quedado cortos por cuanto a las necesidades del pueblo entendiendo este como parte de la nación por ello la sociedad se organizada para actualmente cada vez más  se den condiciones de participación directa o indirecta en la toma de decisiones para construcción de políticas publicas  que permitan un mejor estatus y controlaría de las acciones de gobiernos.
En conclusión en la actualidad la transparencia constituye una herramienta fundamental para que la ciudadanía se encuentre debidamente informada a cerca del destino de los impuestos que paga es decir en el adecuado uso de los recursos públicos  y derivado de esta sea cual fuere el ámbito de los poderes en el que se ejerza debe estar a la disposición de la población ya que son ellos quienes aportan los dineros para el funcionamiento de las instituciones sea cual fuere el poder al que pertenecen y en ese sentido sin duda alguna la participación y toma de decisiones ser más acertada y los desvíos  o subutilización de recursos públicos serán lo menos logrando así un ejercicio publico más democrático entendido este como la participación de la ciudadanía  en un ejercicio de control social sobre sus representantes que al final de día son electos para la debida aplicación de los impuestos  para el bien común.
Ahora bien la transparencia como parte de la materia electoral queda completamente salvada en la nueva regulación electoral  bajo la premisa fundamental de que como lo establece la propia Constitución Política del os Estados Unidos Mexicanos, es una función estatal  y los partidos políticos son entes financiados por recursos públicos  es inevitable el responder al ciudadano que así lo pregunte el uso y destino de estos recursos para que se deje ver como simple negocio personal o familiar, como se ha acusado en tiempos pasado al ejercicio político, dando nueva dimisión a este para recobrar la confianza en un sistema democrático que no tiene nada que esconder sin más bien preservar la esencia  de la decisión mayoritaria en el ejercicio de la elección de los gobernantes o representantes.


Lic. Manuel Alberto Cruz Martínez
Magistrado del Tribunal Electoral  del Poder Judicial del  Estado de Hidalgo.
Pachuca de Soto Hidalgo Agosto 8 del 2014


Bibliografía

-       Aportes Andinos N. 13  Gobernabilidad, democracia y derechos humanos
Arturo Peraza s.j.*
Universidad Andina Simón Bolívar  Ecuador marzo del 2005

-       LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA EN MÉXICO
José René OLIVOS CAMPOS

-       “Hacia un Concepto de Transparencia: Orígenes e Importancia
por Paulo C. De León, MSc Enero 2008

-       La participación ciudadana en la democracia
Mauricio Merino

Cuaderno  de divulgación democrática 4 del I.F.E.