miércoles, 19 de agosto de 2015

PARTIDOS POLÍTICOS Y SUS FINES ¿ ACCESO AL PODER O CONFIANZA CIUDADANA?

Los partidos políticos triunfan o son destruidos por sus conductores.
 Cuando un partido político se viene abajo,
no es el partido político quien tiene la culpa,
sino el conductor.
Juan Domingo Perón.


Durante este mes hemos sido testigos de los diversos cambios sufridos en las dirigencias nacionales de los partidos políticos, estas pueden entenderse o analizarse desde diferentes ópticas. Muchos analistas ya han vertido sus opiniones en diferentes medios de comunicación sin embargo el día de ayer martes 18 de agosto, al revisar las redes sociales me encontré con una charla muy interesante donde el Maestro Roy  Campos, señalaba y lo cito “ Nuevos Dirigentes su reto es recuperar la confianza ( no ganar elecciones)”.
Este comentario despertó la inquietud de realizar un análisis no de carácter político, ya que nos es propio de la especialidad que ostento, sin embargo vale la pena reflexionar acerca del fin, creación y motivos de la existencia de los partidos políticos a la luz de la legislación constitucional y electoral vigente en nuestro país.
Para definir a un partido político tendremos que atender a varios conceptos entre los que destacan los siguientes:
1) Stefano Bartolini: los partidos políticos son “un grupo de individuos que participan en elecciones competitivas con el fin de hacer acceder a sus candidatos a los cargos públicos representativos” (1996, 217).
2) Giovanni Sartori: los partidos políticos son “cualquier grupo político identificado que se presenta a las elecciones y que puede colocar mediante elecciones a sus candidatos a cargos públicos” (2005, 101).
3) Ramón Cotarelo: un partido político es “toda asociación voluntaria perdurable en el tiempo dotada de un programa de gobierno de la sociedad en su conjunto, que canaliza determinados intereses y que aspira a ejercer el poder político o a participar en él mediante su presentación reiterada a los procesos electorales”. (1985, 14).
Luego entonces, podríamos decir; que partiendo de estas premisas los Partidos Políticos son agrupaciones de ciudadanos cuya finalidad es la participación democrática para el acceso al poder , esto contrapondría de alguna manera la idea que sostuvo el maestro Campos en su comentario, siempre y cuando lo observáramos de una manera simplista o conceptualista, sin embargo, es necesario recurrir a la definición que se encuentra plasmada en el artículo 41.1 segundo párrafo de  la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual a la letra reza :    “

“Los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal, las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos, obligaciones y prerrogativas que les corresponden.
Párrafo reformado DOF 10-02-2014

Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales. Sólo los ciudadanos podrán formar partidos políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos; por tanto, quedan prohibidas la intervención de organizaciones gremiales o con objeto social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa.”

Esto en relación también al artículo 3.1 de La ley general de Partidos político el cual a su vez establece:
Artículo 3.
1. Los partidos políticos son entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio propios, con registro legal ante el Instituto Nacional Electoral o ante los Organismos Públicos Locales, y tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y, como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público.”

Como podemos observar por significado legal podemos desprender que efectivamente esto, son entidades de interés públicos, conformados por ciudadanos, pero tienen dos fines específicos uno de ellos es el acceso  de los ciudadanos, (entendidos estos como aquellos que militan o simpatizan con la  ideología) al acceso del ejercicio del público.

Hasta aquí todo pareciera indicar que el comentario  de referencia y el cual da origen al presente ensayo, no sería congruente ya que el fin de los partidos políticos es el acceso a los cargos públicos es decir en palabras llanas ganar elecciones; sin embargo esta premisa, el legislador mexicano la deja en segundo lugar  ya que el primer fin de estos es “promover la participación del pueblo en la vida democrática”,  es precisamente en este punto donde sostengo que la observación hecha por el maestro Campos cobra vigencia, ¿cómo podríamos entender la participación del pueblo en la vida democrática del país si no existe entre la ciudadanía una plena confianza en aquellos que durante casi un siglo detentaron el ejerció del monopolio de las candidaturas?, ¿ porque, una de las grandes reformas del 2014 tuvo que ver con el acceso de las candidaturas  de los ciudadanos sin filiación a partido político alguno ?, ¿ porque desde hace algunos años atrás los partidos políticos empezaron a fomentar la participación de candidatos externos o ciudadanos?.

Creo que la respuesta a estas preguntas se basa fundamentalmente en la inobservancia del postulado constitucional que tiene que ver con uno de sus fines primordiales y que radica  propiciar la participación del pueblo  en la vida democrática. En los últimos procesos electorales hemos sido testigos de  una guerra de denostaciones que tienden a debilitar la vida institucional de los propios partidos, flaco favor se hacen, en plenas compañas electorales, los ciudadanos en lugar de encontrar razones para votar encontremos razones para no hacerlo por uno u otro, generando la desconfianza no solo de los partidos sino también propiamente los candidatos.

Bajo la premisa anterior coincido con el hecho de que las nuevas dirigencias nacionales a demás de plantear un estrategias electorales en cada uno de los 12 estados donde se realizaran procesos electorales este año, deben platearse un gran programa nacional que les permita recobrar la confianza ciudadana en base su idearios  y la congruencia de su actuar, no olvidando que como sucede en democracias más avanzadas a la llegada del candidato a ocupar el cargo es el propio partido que lo impulso quien deba exigir el cumplimento de los programas de acción  y el ejercicio transparente de su cargo. 

Como siempre sus opiniones y comentarios se agradecen de antemano

miércoles, 10 de junio de 2015

Importancia del juez electoral en la sociedad.

Cuál es la función del juez electoral y las condiciones de las personas encargadas de juzgar, para hacerlo no solo de acuerdo a la legalidad sino también a la Justicia

El nuevo siglo y el nuevo milenio debe ser un tiempo de renovación, y también, de una nueva Administración de Justicia. No se trata de cambiar el concepto tradicional y natural de lo que es justo o injusto, pero sí que hay que ir hacia una forma de aplicación y de interpretación de las normas, más abierta, más acorde con la realidad social del hombre de hoy que necesita de la justicia y de una organización estatal que sólo tiene auténtico porvenir desde el estado de derecho, cuyos garantes custodios son los Jueces.
En México  con la reforma constitucional del 2011 en donde los derechos humanos cobran especial relevancia y en particular la observancia de los tratados internacionales a la luz de un nuevo sistema de convencionalidad que en lo particular en la materia pollitos electoral ha sido una caja de resonancia  plural y que ha permitido extender el conocimiento jurídico de lo que simplemente eran nulidades electoral a la protección efectiva de los derechos político electorales y sociales de los mexicanos.
Se ha de buscar, por tanto, un Juez humano, metido en cuantos problemas afectan a la sociedad que le rodea, consciente de que tiene una vocación especial que constituye algo más que un medio de vida o una profesión. Es un llamado a defender la Ley, y de forma especial, a los más necesitados del amparo legal, encaminarse hacia un futuro de convivencia en esa sociedad de paz y justicia que los nuevos Jueces tienen de alguna forma que transmitir. No se ha de olvidar que aquello que guarda el interior de nuestro corazón, de alguna forma es recibido por los demás. El que está inquieto, el que tiene espíritu de revancha, transmite inquietud y guerra, pero el que en su interior goza de paz y sentido de lo verdaderamente justo, transmite paz y justicia.

La función del juez electoral en estos tiempos de vertiginosos cambios es sin duda la expresión de que el estado mexicano a través de sus diferentes niveles de gobierno están a la vanguardia de buscar que el ejercicio democrático en el país no quede exclusivamente en acotaciones de carácter legales y de buena fe plasmados en una obra constitucionales impecable, sino que el legislador a través de los últimos 25 años ha logrado crear un andamiaje jurídico que por supuesto es perfectible y sin duda a base exploración de nuevos conceptos logremos dilucidar con toda precisión las pretensiones de los justiciables.
Al hablar de función judicial, preferiría cambiar el término por el de «misión del Juez». Función es la acción y ejercicio de un empleo o cargo. Misión es poder y facultad para desempeñar un cometido. En la labor judicial, el cometido está por encima del cargo. El diccionario académico, en una de sus acepciones, habla de «la misión» como acción de enviar. Transmitir la buena nueva a quien la necesite. Eso es, exactamente, el trabajo fundamental de un Juez: ser un enviado a la vida diaria para transmitir la buena noticia de una sociedad de justicia y de un estado de derecho sin discriminaciones, que se hace y forma diariamente, en la vida profesional de Jueces y Magistrados. Es, precisamente, la efectividad de la Justicia la máxima aspiración de los pueblos cultos.

Una de las más antiguas Compilaciones del mundo, las Leyes de Manu, dicen que la Justicia es el único amigo que acompaña a los hombres después de la muerte, pues todo otro afecto está sometido a la misma destrucción del cuerpo. Y si la Justicia es imperecedera, si el hombre lleva en sí este sentimiento, es indudable que al tratar de plasmar dicho sentir en una acción humana, no puede considerarse como mera función, simple actuación de funcionario, sino como verdadera misión trascendente, fundamental y esencialísima dentro de la organización de la sociedad. Goldschmidt dice que la virtud de la Justicia, lejos de ser sólo una virtud moral, es más bien una virtud intelectual y posee repercusiones sobre la voluntad. Cuando el Juez es consciente de esa misión y de esa virtud, aprende que la norma jurídica le dará la pauta a seguir de la que no debe salirse, pero sin imponerle barreras infranqueables ni limites rígidos.

En este sentido, la misión del Juez se acerca al orden legislativo sin invadirlo, puesto que tiene que adaptar las normas legales a la cuestión debatida. Esa actividad intelectual del Juez, se dirige al hombre. No hay máquina ni puede haberla capaz de suplir los elementos volitivos e intelectuales que logra aportar la criatura humana. De ahí que el hombre convertido en Juez, sea el elemento fundamental, la figura central del proceso, hasta el punto que se ha llegado a afirmar que más que buenas o malas leyes, lo que hay son buenos o malos Jueces.

Hoy bajo las nuevas reglas electorales que nos rigen la participación del impartidor de justicia especializado en materia electoral, significa el fiel de la balanza, entre la paz social y la conservación del Estado Democrático; de su actuación dependerá sin duda alguna la certeza y legalidad de las actuaciones que en materia administrativa electoral se hayan realizado y se convierte en la ultima instancia de confirmación de la no violación de principios constitucionales y convencionales, dando certeza a la ciudadanía de que sus derechos político electorales son realmente protegidos por estas instancias.


En suma hoy dentro de la división de facultades en materia electoral que están, la participación social del juzgador electoral se transforma en la última defensa que tienen los Mexicanos ante proceso de elección y participación ciudadana por el búsqueda de un país más democrático. 

lunes, 1 de junio de 2015

ELECCIONES 2015 ¿QUE PASO CON LA CAMPAÑAS?

Han transcurrido ya 58 de los 60 días destinados en este 2015 a la realización de campañas electorales para la renovación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en este sentido y con la creación de mecanismos novedosos derivado de la reforma electoral del año 2014, los ciudadanos esperábamos ver una serie de planteamiento que renovaran la conciencia del ejercicio del derecho del voto y la participación democrática en la ciudadanía, asimismo esperábamos ver candidatos combativo, preparados que llenaran nuestras expectativas y que fueran fiel reflejo de la sociedad mexicana, hoy por desgracia al charlar con algunos amigos y escuchar las charlas de café con diversos sectores que me favorecen con su amistad todos hemos coincidido que; como en otras épocas esta reforma electoral no fue suficiente para alentar la participación ciudadana en los próximos comicios del día 7 de Junio.

Una vez más los ciudadanos fuimos presas de un mecanismo de difusión partidaria que poco ayuda a los ciudadanos pero sobre todo a las nuevas generaciones de electores a discernir acerca de la importancia del ejercicio del voto, nos hemos visto saturados de una serie de “propaganda electoral “ que solo se ha encargado de la denostación de uno y otro partido político acentuando las carencias que tienen uno y otro, pero sin medir las consecuencias, lo único que logran es alejar cada día mas al ciudadano común que normalmente no participa en política, pareciera más bien que estos spots televisivos y radiofónicos están dedicados solo a los que los partidos llaman su voto duro:

¿Acaso los diseñadores de estos artilugios de la mercadotecnia no habrán notado que en un país como el nuestro lo que necesitamos es escuchar propuestas claras acerca de las modificaciones legislativas que tendrán que hacer los próximos diputados?

¿Tal vez vivíamos en realidades distintas donde los ciudadanos no acaban de entender la tarea clara del legislador y encontramos una serie de promesas que mas pareciera que las hace un candidato a presidente municipal en un ejercicio de tratar de llevar votos a su campaña solo con promesas de obras?, cosa que por cierto no es tarea de los legisladores.

¿O resulta que ahora nuestros legisladores federales serán una cuña que apriete a los ayuntamientos para que realicen sus trabajos violando con ello  la autonomía constitucional del municipio previsto en el artículo 115?


Lo cierto es que punto de finalizar el proceso de campañas y por supuesto el ejercicio del voto tendremos que hacer un nuevo recuento donde la falta de participación de los ciudadanos se debe tal vez a la falta de imaginación del diseño de las campañas políticas y la falta de propuesta de los candidatos de los partidos políticos, estoy cierto que en este ejercicio con esta nueva ley donde por cierto se pone a prueba las candidaturas independientes que sin dudad podrían dar algunos resultados interesantes a mediano plazo, siempre y cuando estas sean legítimamente representadas por aquellos ciudadanos que tienen el verdadero interés de servir a sus conciudadanos y no sean producto del desaliento por la participación en un partido político u origen de un desencanto al no haber sido beneficiados por la candidatura del partido en el cual militaron. Es importante que los actores político y los legisladores que mañana tengan en su responsabilidad el ejercicio de la creación o modificación de leyes hagan un alto en el camino para revisar si efectivamente esta reforma político estuvo dirigida a incentivar la participación  ciudadano o solo fue otra reforma más basada en la desconfianza entre los propios partidos políticos que trae como consecuencia el desaliento ciudadano por la participación en la vida democrática del país en el ejercicio de su voto activo, que debiera ser la moneda de cambio con la cual los políticos debieran ver si lo que se realiza es acorde a las necesidades del país.

como siempre quedo a sus ordenes y la mejor opinión es la suya  gracias por la lectura