viernes, 7 de noviembre de 2025

¿La revocación de mandato en México: mecanismo efectivo o una falacia democrática?


Autor: Mtro. Manuel Alberto Cruz Martínez

Fecha: 7 de noviembre de 2025

 

Introducción

 

La revocación de mandato representa uno de los mecanismos de democracia participativa más recientes en México, incorporado con la reforma constitucional de 2019 y aplicado por primera vez en 2022. En teoría, esta herramienta busca fortalecer la rendición de cuentas y el control ciudadano sobre los gobernantes. Sin embargo, la práctica ha revelado tensiones entre su propósito normativo y su efectividad real. Este ensayo examina, con base en datos del Instituto Nacional Electoral (INE), fuentes periodísticas y bibliografía académica, si la revocación de mandato en México constituye un ejercicio democrático efectivo o una falacia política que encubre prácticas de legitimación partidista más que de evaluación ciudadana.

 

Desarrollo

 

1. Marco normativo y fundamentos teóricos

La revocación de mandato se incorporó al artículo 35, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), como un derecho ciudadano para solicitar la conclusión anticipada del mandato presidencial por pérdida de confianza. La Ley Federal de Revocación de Mandato (DOF, 2019) establece que el procedimiento será válido únicamente si participa al menos el 40% de la lista nominal nacional y si la mayoría absoluta de los votos favorece la revocación.

De acuerdo con Bobbio (2000), la democracia participativa requiere mecanismos que permitan a la ciudadanía intervenir no solo en la elección, sino también en la evaluación del ejercicio del poder. Sin embargo, autores como Sartori (1993) advierten que, sin condiciones de equidad y neutralidad institucional, estos instrumentos pueden transformarse en ejercicios plebiscitarios controlados por el poder en turno.

 

2. El caso de 2022: participación y resultados

 

La primera consulta de revocación se llevó a cabo el 10 de abril de 2022, organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Según el cómputo oficial, la participación nacional fue del 17.77%, muy por debajo del 40% necesario para hacer vinculante el resultado (INE, 2022).

De los 16,502,636 votos emitidos, alrededor de 15 millones (91.86%) apoyaron que el presidente continuara en su cargo, mientras 1,063,209 (6.44%) optaron por la revocación y 280,104 votos (1.70%) fueron nulos (INE, 2022).

En consecuencia, el resultado no tuvo efectos jurídicos. El Consejo General del INE reconoció la validez procedimental, pero declaró la no vinculatoriedad del resultado por insuficiencia de participación. Además, el proceso se vio limitado por restricciones presupuestales derivadas del recorte de recursos aprobado por la Cámara de Diputados (El País, 2022). Solo se instalaron 57,448 casillas, aproximadamente el 33% de las utilizadas en elecciones federales ordinarias, lo que redujo la accesibilidad del electorado.

Estos datos reflejan que, aunque el ejercicio cumplió formalmente con la legalidad, no logró consolidarse como un instrumento de control ciudadano efectivo.

 

3. Problemas estructurales del diseño institucional

 

El principal obstáculo identificado por la doctrina es el umbral de participación del 40%, considerado excesivo por diversos especialistas (Escamilla-Cadena, 2023). Dicho requisito genera lo que la teoría política denomina paradoja de participación: la oposición tiene incentivos para abstenerse con el fin de evitar la vinculatoriedad del proceso.

 

Asimismo, el proceso fue permeado por la polarización política. Según un análisis de Guerra y Urióstegui (2024), la narrativa del gobierno y de sus simpatizantes transformó el ejercicio en una ratificación simbólica de apoyo al presidente, mientras que sectores opositores llamaron al abstencionismo como forma de protesta. En este contexto, la consulta perdió su naturaleza deliberativa para convertirse en un instrumento de legitimación política.

Desde el punto de vista jurídico, López-Ayllón (2021) sostiene que el diseño de la revocación en México se aparta del principio de “rendición de cuentas horizontal”, pues no se complementa con mecanismos independientes de evaluación del desempeño gubernamental. De ahí que, más que un mecanismo de control ciudadano, funcione como un procedimiento retórico de participación.

 

4. Perspectiva ciudadana y cultura democrática

 

La efectividad de la revocación también depende del grado de cultura política y educación cívica de la población. El INE (2023), en su informe de evaluación cívica, identificó que el 52% de los encuestados desconocía los efectos jurídicos de la revocación de mandato y que un 38% no sabía cómo se solicita ni quién la organiza.

Estos datos muestran una brecha de información que obstaculiza la apropiación ciudadana del mecanismo.

 

Por otro lado, estudios del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (2023) destacan que la democracia participativa en México enfrenta un déficit de confianza institucional: menos del 30% de los ciudadanos confía plenamente en los órganos electorales y menos del 20% cree que su participación puede modificar decisiones políticas. Tales percepciones disminuyen la probabilidad de movilización en ejercicios como la revocación.

 

5. Evaluación crítica: ¿mecanismo efectivo o falacia política?

 

Si bien la revocación de mandato constituye un avance formal en los derechos políticos ciudadanos, su diseño normativo y aplicación práctica revelan que aún no es un mecanismo efectivo de rendición de cuentas.

La experiencia de 2022 evidenció una participación insuficiente, un contexto de polarización y un uso político del discurso de la “ratificación” más que de la “revocación”.

Autores como Alcántara Sáez (2022) y Escamilla-Cadena (2023) coinciden en que la figura, tal como está configurada, opera más como un instrumento de legitimación presidencial que como un control ciudadano genuino.

En consecuencia, puede calificarse como una falacia democrática: se presenta como un ejercicio de empoderamiento ciudadano, pero en la práctica reproduce la lógica centralista y plebiscitaria del poder.

 

 

Conclusiones

 

La revocación de mandato en México es, por ahora, un mecanismo simbólico más que efectivo. Su valor radica en abrir la discusión sobre la democracia participativa, pero su diseño jurídico, su contexto político polarizado y la falta de cultura cívica impiden que cumpla plenamente su función de control ciudadano.

Para que deje de ser una falacia y se convierta en una herramienta real de rendición de cuentas, se requieren reformas estructurales:

 

1. Reducir el umbral de participación o introducir mecanismos escalonados de vinculación.

 

2. Garantizar financiamiento suficiente al INE.

 

3. Impulsar campañas de educación cívica y neutralidad partidista.

 

4. Establecer mecanismos independientes de evaluación del desempeño gubernamental.

 

Solo mediante estas acciones podrá consolidarse la revocación de mandato como una expresión auténtica de soberanía popular y no como un instrumento retórico de legitimación política.

 

Referencias bibliográficas

Alcántara Sáez, M. (2022). Democracia, participación y control político en América Latina. Fondo de Cultura Económica.

Bobbio, N. (2000). El futuro de la democracia. México: Fondo de Cultura Económica.

Escamilla-Cadena, A. (2023). La revocación del mandato presidencial en México: análisis constitucional y político. Revista Mexicana de Derecho Electoral, 10(2), 45-67.

Guerra, C. O. D., & Urióstegui, G. I. C. (2024). La revocación de mandato y la rendición de cuentas social en México. Revista de Estudios Políticos, UNAM, 22(3), 88-105.

Instituto Nacional Electoral (INE). (2022). Resultados de la Revocación de Mandato 2022. Recuperado de https://computosrm2022.ine.mx

Instituto Nacional Electoral (INE). (2023). Informe sobre cultura cívica y participación ciudadana en México.

López-Ayllón, S. (2021). Democracia y control constitucional del poder en México. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM.

Sartori, G. (1993). Teoría de la democracia. Madrid: Alianza Editorial.

El País. (2022, 11 de abril). “La consulta de revocación de mandato en México: baja participación y politización del proceso.” Recuperado de https://elpais.com/mexico

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